O positiva, o que me gusta ver el lado bueno de las cosas, como lo queráis definir.
Y es que, a mi me gusta, utilizar la balanza para casi todo, (Menos para pesarme, :(), y, sinceramente, en mi caso, siempre pesa más el lado donde pongo las cosas positivas.
Y este año, este curso, en concreto, que hoy acaba para muchos, me siento afortunada.
Afortunada, porque a principios de curso, me pidieron permiso, desde un colegio de Mairena del Alcor, en Sevilla, para trabajar con mis poesías. Dos maestros de cuarto de primaria, pensaron que serían un buen punto de partida para trabajar la poesía con los chavales.
Yo dije que sí, EVIDENTEMENTE, y desde entonces, todo han sido buenas noticias para mí, en forma de "regalos".
En Navidad, recibí un paquete con un montón de cartas escritas por los chavales, donde me contaban, que habían leído mis poesías, que las habían trabajado, que les habían gustado ó que no, que también había. Me contaron sus cosas, los detalles de su colegio, lo que querían ser de mayores ó cuando era su cumpleaños. Trabajaron el recurso de la carta, escribiendo a "Una escritora". Y fue, realmente, "EMOCIONANTE". (En la lista de arriba olvidé que también soy llorona, así que imaginad...).
Por mi parte, pensé que les debía un regalo, a ellos y a sus maestros, porque en las cartas, se veía el trabajo de todos. Y les escribí un poesía-cuento dedicado a ellos, y les pedí permiso para publicarla en mi blog.
La semana pasada recibí, un nuevo regalo en mi casa: Un cuaderno con los cuentos escritos e ilustrados por estos alumnos , y con una carta muy especial de los dos delegados, en representación de todos ellos. En la carta, me pedían que publicara la poesía-cuento que les escribí.
AFORTUNADA, sí, de como decía Dani Martín, "pensar que lo que escribo
puede ser tan importante que toque algún corazón".
Espero que disfrutéis con "Don Segundo, el profesor", dedicado a los Alumnos y profesores de Cuarto de primaria, del colegio "Huerta Retiro" de Mairena del Alcor,
Descansad,
Don Segundo, el Profesor
Muy
buenos días amigos, buenos días compañeros .
Atentos
a estas líneas, quiero que seáis los primeros
en
conocer esta historia, de un humilde profesor
que
vivía y daba en clase, en Mairena del Alcor.
Se
llamaba Don Segundo, era alto y muy delgado,
con un
pequeño bigote, que nunca se había afeitado.
Siempre
iba bien vestido, con chaqueta y corbata,
y los
zapatos de limpios, brillaban como la plata.
Daba igual que tiempo hiciera, fuera Agosto o fuera Enero
siempre
se le veía tocado con su sombrero.
Y era
muy educado, él, jamás se olvidaba,
de
saludar amablemente si con alguien se cruzaba.
Su
palabra favorita, era sin duda, RESPETO,
y
trataba de enseñarla, predicando con el ejemplo.
Y su afición favorita, no os lo vais a creer,
además
de enseñar, era sin duda, leer.
Leía
por las mañanas, mientras tomaba el café;
leía en
los recreos, aunque estuviera de pie.
Leía
mientras comía, fuera arroz, sopa o puré;
leía de
vuelta a casa, aunque diera algún traspié.
Las
tardes se le pasaban leyendo en el jardín,
y ni
aun siendo de noche su lectura tenía fin.
Leía
muchas novelas, y le encantaba la historia,
ensayos
y biografías, cuentos y hasta memorias.
Comics
y algún tebeo, instrucciones y revistas,
periódicos,
boletines, cartas, notas y listas.
Pero
sin lugar a dudas, lo que siempre prefería,
era
leer muy despacio, una buena poesía.
En un
cole de Mairena, enseñaba Don segundo,
y de
cuarto de primaria eran todos sus alumnos.
El cole
“Huerta Retiro”, así es como se llamaba,
el
pequeño paraíso en el que él enseñaba.
Era
recto y severo, cuando de normas hablaba.
Amable
en sus correcciones, atento cuando escuchaba.
Y este
año su objetivo, casi siempre repetía,
era
enseñar a sus chicos, a entender la poesía.
Buscó
en todos sus libros, buscó hasta en internet.
Buscó
aquellos poemas que le gustaban a él,
y
también los que él creía, que les podían gustar
a los
chavales de cuarto, a la hora de estudiar.
Así
pasaron dos meses, o tres o cuatro quizás,
leyendo
un montón de versos, aprendiendo a rimar.
Soñando
con las historias, que contaban los
poetas,
aprendiendo
nuevas formas para relatar sus tretas.
Leyeron
de un caminante, que hace camino al andar,
y de
oscuras golondrinas que sin duda volverán.
Leyeron
de algún pirata que viento en popa a toda vela
soñaba
lindos pegasos, caballitos de madera.
Leyeron que anoche cuando dormía, soñé,
¡bendita ilusión!,
que
todo un coro infantil va cantando la lección.
Y así
entre rimas y versos, sonetos y hasta canciones
aquí en
el “Huerta Retiro” riman hasta las lecciones.
Y a
todos ellos les gusta, aunque tengan un mal día,
leerse
de vez en cuando unas cuantas poesías.
Para
ellos esta historia, de un humilde
profesor
que
vivía y daba en clase, en Mairena del Alcor.
Ojala
os guste tanto, que la leáis, de corazón,
mil
veces ciento, cien mil; mil veces mil, un millón.
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