18 de marzo de 2020

Diario de una cuarentena: Una semana

Un día eres joven, y al siguiente te encuentras con que cada dos por tres alguien te dice que tienes que salir de tu zona de confort. Que salir de tu zona de confort sirve de aprendizaje y de crecimiento.
Y allá que te lanzas a buscar ese "salir de tu zona de confort", la mayor parte de las veces, casi sin saber cual es exactamente tu zona de confort.
Y buscas forzar cambios, buscas hacer cosas nuevas, buscas crecer con esos cambios...

Y de repente, pasa algo como lo que estamos viviendo estos días, y de la noche a la mañana, no es que hayas salido de tu zona de confort: Es que te han echado, así, a las bravas.

Y claro, no es fácil. Los cambios nunca lo son, pero si además son inesperados y te pillan con el pie cambiado, pues vamos mal.
Pero somos animales de costumbres, y nos lanzamos así, a las mismas bravas, a dibujar nuestra nueva zona de confort. Porque digan lo que digan, una cosa es que cambies de zona, y otra muy distinta que sea sin confort.
Y pintamos sobre el papel la nueva rutina; Y en ella vamos incluyendo lo que nos aconsejan que hagamos, o lo que la mayoría hace porque es lo que toca. Yo hago zumba, tu corres en cinta, ella cocina para todo el portal y los niños...andan locos porque ellos no tienen ni idea de lo que es el confort.
Y todo eso está muy bien, porque te ayuda a ir superando los días; te ayuda a formar parte de un grupo y compartir; te ayuda a no sentirte solo en unos días tan complejos; te ayuda a poder levantarte con un objetivo; incluso te ayuda a ir sobrellevando la inmensidad de información y desinformación que llega a a cada minuto, sin desanimarte.
Pero, también tiene su lado menos bueno. Y es el nivel de exigencia que nos fijamos con el fin de sentirnos capaces de superarlo, y a veces de demostrarlo.

Y para RESITIR vale también caer; vale llorar; vale sentir las hormonas locas durante el día, pasando de las risas más estridentes a las lágrimas más silenciosas. Y vale compartirlo junto con la zumba, las carreras, las recetas y los deberes. ¡¡¡¡Claro que vale¡¡¡¡
Eso también ha de estar en nuestra rutina y en nuestra zona de confort. Eso también nos lo debemos permitir.

Primera semana de cuarentena, primera semana fuera de nuestra zona de confort.
Una semana menos para todo lo bueno que va a venir, RESISTIRE.




No es sólo juntar letras

No es sólo juntar letras
Leido, intentando interiorizarlo