17 de mayo de 2020

Diario de una cuarentena: Nueve semanas_ Fase 0

Pues dejamos de contar en semanas, y no sólo porque yo me haya saltado la semana 8 en este diario de mi cuarentena, que también, sino porque empezamos a contar en fases.

Aún pendientes de que la maldita curva vaya por donde queremos, y de que las cifras nos muestren que la situación mejora, nuestro día a día, se ve ahora anclado a un mapa de colores.

Y digo bien, porque es "NUESTRO" día a día.
El de todos.
Porque ahora no sólo coincidimos en la misma franja horaria para pasear o hacer deporte; ni en la misma cola para recoger unas mascarillas; ni siquiera en la misma tendencia de compra según avanza la temporada (Parece que hemos dejado de hacer bizcochos, pero las piscinas desmontables están agotadas).

Ahora coincidimos, además, en esperar con ansia como tu provincia se pinta de color. Aunque, en fin, todos en algún momento hemos tenido que colorear un mapa, y somos conscientes de la dificultad de no salirse de los bordes o incluso de confundir las líneas entre provincias.
 
Pues así me hallo yo,confundida, porque me cuesta entender los límites.
Todos en general: Los de las cosas que podemos hacer y las que no; los de las que podremos hacer cuando cambiemos de fase y las que no; los de las concesiones que nos hacen aun no habiendo cambiado de fase y los que no; los que nos saltamos cada día al salir y los que no; y los que se empeña en poner la gente donde antes no había límites.

Pues así me hallo yo, viendo el mapa de color azul, intenso en unos sitios y más clarito en otros, pero todo el, en tonos azules. Buscando de qué color estarán las provincias donde tengo confinada a la gente que quiero. Deseando que, sea del color que sea su provincia, sea lo mejor para ellos y ellos sean lo mejor que puedan para todos los demás. Alegrándome de los avances no sólo en esas, sino en todas las provincias, y deseando levantarme con azul claro en los mapas.
  

Pues así me hallo yo, buscando como siempre el lado positivo, y dándole vueltas a lo bonito que es el mapa todo en los mismos tonos: Así, aunque te salgas un poquito del borde...nadie le dará importancia.
 
Así que igual ahí está la clave: Si en vez de pensar en fases lo pensamos en colores. Los límites seguirán estando, y el lío en la cabeza por lo que se puede hacer, pero al menos será más bonito. Y las fases, pues oye, que las siga marcando la luna, que hasta ahora, no nos había ido nada mal.
Aquí me quedo, difuminando líneas, mezclando azules y viendo las semanas de colores.

Nueve semanas de cuarentena, 63 días desde que esto empezó, dos semanas en "azul intenso" y todo ello fuera de nuestra zona de confort.

 "..Piensa que el futuro es una acuarela, y tu vida un lienzo que colorear..."

Una semana menos para todo lo bueno que está por venir, RESISTIRÉ.

3 de mayo de 2020

Diario de una cuarentena: Siete Semanas

Pues no sé vosotros, pero yo sigo subida a la montaña rusa. Tanto que, igual es que esta es mi situación natural, y realmente vivo subida en una montaña rusa (Yo creo que si se lo preguntaran a alguno de mis "compis" de piso, me darían la razón,J )

Lo bueno es que ya no estoy en plena bajada como la semana pasada, pero tampoco estoy subiendo. Es como si la semana pasada me hubiera subido al Dragon Khan, y esta semana sólo estoy en el tren de la mina. Menos pronunciadas las subidas y bajadas, pero en cambio, notas mucho más el traqueteo de los vagones.
Pues así ha sido esta semana.

Con noticias buenas, porque, al menos, una de las curvas que nos quitaba el sueño, parece que evoluciona favorablemente: Menos muertos, menos contagios, más altas.
Con más noticias buenas porque al menos los peques, uno de los grupos de edad que más nos preocupaba, ya ha podido salir a sentir un poco el aire y las hierbas selváticas que se extienden por nuestros parques.
Con más noticias buenas porque empieza la séptima semana, por fin, con el permiso a los mayores, para que salgan ellos también a sentir el aire y a ver, aunque sea de lejos, las hierbas selváticas que se extienden por nuestros parques.

Traqueteos suaves, como cuando ya has pasado la peor subida, y ya sólo queda disfrutar, aunque de vez en cuando se te sigue subiendo el estómago a la boca.

Con sentimientos "reguleros" (Que no existe, pero me gusta porque me parece que suena mejor que regular, pero sigue siendo peor que bien), en mi caso. Acabo la semana pensando en que esto que me pasa se parece y mucho al síndrome de Estocolmo. Yo casi no he salido. Una vez con uno de mis "compis de piso", …y ya. Ellos no lo piden, y a mí....salir...me supone a estas alturas cambiar mis rutinas.

¿Soy la única que ha pensado que ahora, si salgo, me quedo sin la clase de yoga que había encajado justo a la hora en la que nos permiten salir?
¿Soy la única que aprovecha estas horas de sol de domingo para salir a la ventana disfrutando de la luz tan maravillosa que entra en mi cocina, y que nunca había podido aprovechar?

Con la cabeza intentando convencerme de que no es miedo, y que sólo es que no tengo la necesidad, y con el corazón sabiendo con certeza que es miedo: Otra vez a salir de la zona de confort.
A estas alturas, me rio yo de las montañas rusas. Eso y que, coño, ahora que había conseguido levadura....

Y con sensaciones malas. Difícil de explicar, pero siento un poco de tristeza al ver a la gente en la calle, disfrutando de esa libertad que tanto pedíamos, y tanto hemos echado de menos, pero como si nada hubiera pasado. Sin respetar las normas, las distancias, el uso de mascarillas o guantes. Como si no hubiera servido de nada las siete semanas de confinamiento, de quejas, de echar de menos, o de llorar de más. Y alucinando, porque los mismos que se han vuelto locos con las lavadoras a 60º y los lavados de la compra “a la lejía” llenan hoy las aceras pegados al del al lado, sea o no conviviente.

Más o menos, como cuando se termina la atracción, y tu estómago vuelve a su sitio al mismo tiempo que los vagones entran en el apeadero. Justo cuando piensas, por un lado, que quien te mandaría subir. Y por otro, sabes con certeza, que, si te tientan, lo volverías a hacer.

Subir y bajar, una semana más, aunque, la octava, pinta un poco mejor. Ahí lo dejo. Yo creo que esta semana, va a tocar paseo en los Zeppelines, mirar desde arriba, en la distancia, sentir el aire, y planear J

Séptima Semana de cuarentena, séptima semana fuera de nuestra zona de confort. Volviendo a romper rutinas y entrando en la Fase 0.
Una semana menos para todo lo bueno que está por venir, RESISTIRÉ.






25 de abril de 2020

Diario de una cuarentena: Seis Semanas

Seis semanas, 42 días, 1008 horas...en mi caso, esas son las cifras que marcan la última vez que salí a la calle.
Y claro, en seis semanas, en 42 días o en 1008 horas....es normal que haya un poco de todo. A mí me ha dado a tiempo a salir de mi zona de confort y a crearme otra nueva. Me ha dado tiempo a pensar en las canciones que marcarían esta cuarentena. Me ha dado tiempo a listar todas las cosas que yo nunca había hecho antes. Me ha dado tiempo a buscar los diferentes significados de curva y sus aplicaciones a una cuarentena.

Y en general, y hasta ahora, lo he llevado bastante bien. Pero esta sexta semana ha sido un poco más difícil. Por nada en particular, y por todo en general.
El caso es que si la tengo que definir sería más o menos así:

 


Sensaciones y sentimientos subiendo y bajando.
Sensación de agotamiento de...todo: de no poder salir, de no poder quedar, de llorar por esto, de reír por esto, de la información, de la desinformación, de la escalada y de la desescalada.
Sensación de desinflarnos un poco, de aplaudir con menos ganas y menos minutos.
Sensación de verlo todo demasiado lento y al mismo tiempo no querer volver a hacer las cosas demasiado rápido.
Y sensación de miedo al saber que después de seis semanas, después de 42 días, después de 1008 horas, a partir de mañana, al menos una la podremos pasar en la calle.

Subiendo y bajando toda la semana, vaya.
Ayudada eso si por mi cabeza:  porque ríete tu del big data, de la investigación de mercados y de las nuevas tecnologías que hacen que te salgan anuncios de esterillas de yoga justo después de hacer tu primera clase de yoga vía you tube.
Si está todo inventado.
La cabeza manda y mucho. Cuando les das muchas vueltas a algo, o tus sensaciones son de una determinada forma, sólo ves cosas relacionadas con eso. Me explico:

Recuerdo como si fuera ayer, cuando me quedé embarazada y nos dieron la noticia de que eran dos. A partir de ese momento, empecé a ver carritos dobles por todos los sitios.
O cuando estas a dieta y tu cabeza te engaña diciéndote que necesitas el chocolate y que por una onza no pasa nada.

Pues eso me ha hecho a mí la cabeza esta semana. Me ha convencido primero, de que tampoco necesitaba hacer ejercicio todos los días. Después me ha convencido de que estaba de mal humor por no hacer ejercicio. Hasta he encontrado en instagram, después de venga cursos de "como ser positivo" "como entrenar tu cerebro para tener una actitud positiva" y similares, una publicación de una psicóloga que argumentaba que no era sano ser siempre positivo...

Lo dicho, subida en la montaña rusa, en cuesta, y empezamos la séptima: Las siete revueltas de Navacerrada o los siete picos del parque de atracciones.

Sexta Semana de cuarentena, sexta semana fuera de nuestra zona de confort. Subiendo y bajando.
Una semana menos para todo lo bueno que está por venir, RESISTIRÉ.





No es sólo juntar letras

No es sólo juntar letras
Leido, intentando interiorizarlo