Pues dejamos de contar en semanas, y no sólo porque yo me
haya saltado la semana 8 en este diario de mi cuarentena, que también, sino
porque empezamos a contar en fases.
Aún pendientes de que la maldita curva vaya por donde
queremos, y de que las cifras nos muestren que la situación mejora, nuestro día
a día, se ve ahora anclado a un mapa de colores.
Y digo bien, porque es "NUESTRO" día a día.
El de todos.
Porque ahora no sólo coincidimos en la misma franja horaria
para pasear o hacer deporte; ni en la misma cola para recoger unas mascarillas;
ni siquiera en la misma tendencia de compra según avanza la temporada (Parece
que hemos dejado de hacer bizcochos, pero las piscinas desmontables están
agotadas).
Ahora coincidimos, además, en esperar con ansia como tu
provincia se pinta de color. Aunque, en fin, todos en algún momento hemos
tenido que colorear un mapa, y somos conscientes de la dificultad de no salirse
de los bordes o incluso de confundir las líneas entre provincias.
Pues así me hallo yo,confundida, porque me cuesta
entender los límites.
Todos en general: Los de las cosas que podemos hacer y las
que no; los de las que podremos hacer cuando cambiemos de fase y las que no;
los de las concesiones que nos hacen aun no habiendo cambiado de fase y los que
no; los que nos saltamos cada día al salir y los que no; y los que se empeña en
poner la gente donde antes no había límites.
Pues así me hallo yo, viendo el mapa de color azul, intenso
en unos sitios y más clarito en otros, pero todo el, en tonos azules. Buscando
de qué color estarán las provincias donde tengo confinada a la gente que
quiero. Deseando que, sea del color que sea su provincia, sea lo mejor para
ellos y ellos sean lo mejor que puedan para todos los demás. Alegrándome de los
avances no sólo en esas, sino en todas las provincias, y deseando levantarme
con azul claro en los mapas.
Pues así me hallo yo, buscando como siempre el lado
positivo, y dándole vueltas a lo bonito que es el mapa todo en los mismos
tonos: Así, aunque te salgas un poquito del borde...nadie le dará importancia.
Así que igual ahí está la clave: Si en vez de pensar en
fases lo pensamos en colores. Los límites seguirán estando, y el lío en la
cabeza por lo que se puede hacer, pero al menos será más bonito. Y las fases,
pues oye, que las siga marcando la luna, que hasta ahora, no nos había ido nada
mal.
Aquí me quedo, difuminando líneas, mezclando azules y viendo
las semanas de colores.
Nueve semanas de cuarentena, 63 días desde que esto empezó,
dos semanas en "azul intenso" y todo ello fuera de nuestra zona de
confort.
"..Piensa que el
futuro es una acuarela, y tu vida un lienzo que colorear..."
Una semana menos para todo lo bueno que está por venir,
RESISTIRÉ.